Bibliotecas móviles y su rol social

A través del tiempo las Bibliotecas y los servicios que ofrecen han debido adecuarse a las necesidades y características, no tan solo de los usuarios, sino que también de las condiciones geográficas de los lugares que estos habitan.

A partir del siglo XX comenzaron a aparecer las primeras Bibliotecas Móviles, un tipo de servicios bibliotecario que es creado para quienes, por distintas razones no tienen un fácil acceso a las bibliotecas tradicionales, ya sea por la ubicación geográfica, incapacidad física o dificultades económicas, es así como este tipo de bibliotecas se utilizan en sectores rurales, de difícil acceso y de escasos recursos. Este tipo de servicio garantiza el cumplimiento del derecho de todos los ciudadanos a la igualdad en el acceso a la cultura y la información. Hoy por hoy son una necesidad dentro de las comunidades que atienden ya que es un servicio ágil, dinámico y cercano con la comunidad.

Alrededor del mundo existen un sinfín de Bibliomóviles tan diversos como la geografía de los sectores que recorren, biblioburros, bibliobuses, bibliolancha, bibliocamello, entre otros, todo esto en el afán por abrir camino en los territorios más dispersos del mundo, llevando la lectura a todos los ciudadanos y acceso a tecnologías.

En Chile, hace algunos años, se articuló la Red Nacional de Bibliotecas Móviles a través de la Dirección de Bibliotecas Archivos y Museos (DIBAM), la cual reconoció aproximadamente 45 Bibliomóviles, con el respectivo reconocimiento a sus encargados.

La IFLA define Bibliotecas Móviles como a un vehículo motorizado que contiene material bibliotecario. En otros  países se emplean distintos y variados términos como Bookmobile, Bibliobús, Bucherbus, etc. [1]

La biblioteca móvil forma parte del servicio de extensión bibliotecaria que ofrece en muchos casos la biblioteca pública a la comunidad, sale al encuentro del lector y es considerado como “uno de los procedimientos más utilizados y recomendados para acercar los servicios bibliotecarios al medio rural”[2]. Esta idea de vincular la biblioteca móvil con el contexto rural se debe a que al comienzo los servicios bibliotecarios móviles se originaron para acudir a localidades remotas o aisladas y como una respuesta debido que por ser una población pequeña no exista una biblioteca pública en la zona, por lo tanto el servicio de biblioteca móvil “pretende hacer llegar la biblioteca a aquellos núcleos de población que no tienen el número de población suficiente para la implementación de un servicio de biblioteca estable, ni tienen los recursos humanos y materiales necesarios para el correcto mantenimiento de sus instalaciones”[3]. Este fue el contexto que se presentaba en diversas comunidades y en repuesta a esta situación es que surge la necesidad de un servicio bibliotecario que atendiera las necesidades de información de la población.

Con el tiempo esta visión de biblioteca móvil creció y fue adoptada en ciudades que cuentan con biblioteca pública. De esta forma el modelo de biblioteca móvil se transformó, y en la actualidad este servicio forma parte tanto de la zona rural como urbana, considerando siempre que su principal objetivo es ofrecer sus servicios a comunidades que viven en suburbios urbanos, en zonas periféricas que no poseen acceso a bibliotecas locales, utilizando diversos medios de transporte terrestre      -carretas, vagones de ferrocarril, bus, bicicletas, entre otros-, fluviales -barcos, lanchas- además de otros medios. Sin embargo, el medio más sencillo de locomoción ha sido el uso de animales de carga como burros, camellos, entre otros.

Según Xilberto Llano (1998). “En la zona rural, las rutas tienen paradas fijas al menos una vez al mes y la frecuencia de atención a las paradas establecidas varía entre la quincena y el mes, dependiendo de la distancia entre los distintos puntos de cada ruta”[4]. En relación a lo anterior, la biblioteca móvil se considera el vehículo equipado que se desplaza periódicamente por diversas comunidades que carecen de acceso a una biblioteca, “el principal servicio que ofrecen es el de la lectura en la modalidad de préstamo de libros, aunque también están incorporado otros materiales”[5].

Por lo tanto se puede considerar que los bibliomóviles son una herramienta útil como apoyo a actividades de fomento lector, sobre todo cuando el préstamo de materiales a domicilio es la función principal de este servicio, pero también puede ser un instrumento para campañas de alfabetización e incluso de dinamización cultural.

 Bibliografía

[1]IFLA. Pautas sobre Bibliotecas Móviles. [En línea]. [consulta: 22 de marzo 2017]. Disponible: http://www.ifla.org/files/publiclibraries/publications/Pautas%20IFLA%20%28Spanish%29.pdf

[2] GARCIA GOMEZ, Francisco Javier. La biblioteca pública española en ámbito rural: Una solución para problemas de exclusión.

[3] Loc. cit. 

[4] LLANO, Xilberto. La biblioteca en el medio rural: Reflexiones. Ediciones TREA. España. 1ª ed.  1998, pág. 77.

[5] Loc cit.